
Educación superior, mayor desperdicio de alimentos
Los estudiantes universitarios aún tienen que aprender habilidades
Irse a la universidad es una época de varios nuevos comienzos, como vivir lejos de casa, gestionar una carga de cursos completa, hacer nuevos amigos y desarrollar una nueva rutina que incluye hacer y preparar opciones de comida saludable. Lo que tal vez no asocies con este momento de transición es el desperdicio de alimentos. Los resultados de un estudio publicado en Appetite, identifican a los estudiantes universitarios como un grupo que tiene mucho margen de mejora en lo que se refiere al desperdicio de alimentos.
Los investigadores llevaron a cabo grupos de discusión con 58 estudiantes universitarios para conocer mejor sus comportamientos alimentarios personales y su percepción del desperdicio de alimentos. Los participantes tenían entre 18 y 24 años y tenían al menos cierto control sobre la compra de alimentos, mientras que se excluyó a los que vivían en casa o en viviendas comunitarias. Tras el análisis, los investigadores detectaron un tema común: "No soy yo, son ellos". Los participantes se sentían así porque, como adultos jóvenes, no habían aprendido habilidades de gestión alimentaria como compras de comestibles, planificar las comidas, control de las raciones o almacenar las sobras y, como resultado, ¡se sentían alejados del asunto! Esto se magnifica en el ámbito universitario porque la mayoría de los estudiantes comen en el comedor, donde la comida aparece en un bufé y desaparece en una cinta transportadora donde las sobras se tiran a la basura. La mayoría ignora cómo llega la comida al comedor o qué ocurre con ella después. En el lado opuesto, los investigadores observaron que los estudiantes que eran conscientes del desperdicio de alimentos comentaron que desperdiciaban mucho más antes de empezar a hacer sus propias compras en el supermercado.
La mayoría de ellos no son conscientes de cómo llega la comida a la cafetería ni de lo que ocurre después.
Con el Día de Acción de Gracias a la vuelta de la esquina, una festividad conocida por la abundancia de alimentos, es un momento oportuno para que los estudiantes participen en la planificación, la cocina y la limpieza, ¡incluso en el manejo de las sobras! Señalar que las sobras de pavo suelen disfrutarse días después puede ayudar a establecer la relación entre los alimentos preparados, consumidos y tirados a la basura, y sensibilizar a este grupo de edad sobre el desperdicio de alimentos. El desperdicio de alimentos es un problema lamentable: sólo en EE.UU., el 40% de nuestros alimentos se desperdicia anualmente. Intentemos reducir esa cantidad este año enseñando a nuestros estudiantes las ventajas de guardar las sobras y tomando otras precauciones para no desperdiciar nada.
Publicado el 1 de noviembre de 2018