
LA OBESIDAD DIFICULTA LA QUIMIOTERAPIA
El exceso de peso aumenta el riesgo de recaída hasta un 50%
Cada año se diagnostica leucemia a más de 2.000 niños sólo en Estados Unidos, lo que la convierte en el cáncer más común que afecta a los jóvenes. La enfermedad es aún más devastadora por la aparente aleatoriedad con la que selecciona a sus víctimas, pero una investigación relativamente nueva sugiere que evitar la obesidad infantil puede reducir en gran medida el riesgo de recaída del cáncer.
Un estudio publicado en el Journal of Clinical Oncologycomparó la clasificación por peso de 4.314 niños recién diagnosticados de leucemia con las tasas de recuperación y recaída durante 8 años de seguimiento. El 8,6% de los niños clasificados como obesos tenían un riesgo un 29% mayor de recaída del cáncer. Sin embargo, el riesgo era aún mayor para los niños obesos (mayores) de 10 años o más, que experimentaron un aumento total del 50% en la probabilidad de recaída. Afortunadamente, la obesidad no dificultó las tasas generales de remisión, aunque es evidente que el exceso de peso se tradujo en un sufrimiento añadido para los jóvenes pacientes
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¿A qué se debe esto? En investigaciones más recientes con animales se descubrió que la obesidad mermaba la eficacia de ciertos fármacos quimioterapéuticos, mientras que los resultados de laboratorio mostraron que las células leucémicas parecían buscar refugio dentro de las células grasas, y que las células cancerosas incrustadas en la grasa demostraban una resistencia seis veces mayor a la quimioterapia. El tejido adiposo no sólo dificulta el tratamiento del cáncer, sino que aumenta el riesgo de desarrollarlo. Afortunadamente, una dieta basada en plantas puede ayudar a mantener un peso saludable, mientras que algunas investigaciones sugieren que determinadas frutas y verduras -fresas, piña, arándanos, coliflor, col verde y tomates, como ejemplos- se han relacionado con un menor riesgo de cáncer. Se necesitan más investigaciones para confirmar estos beneficios.
Bonus:Investigadores de la Universidad de California, Berkeley, descubrieron que los niños que comen regularmente plátanos y naranjas a una edad temprana tienen un menor riesgo de leucemia infantil.