Picado, en rodajas, asado... el ajo es una de las mejores formas de dar sabor, y ahora una nueva investigación sugiere que podría tener potencial para fortalecer los huesos. Es una gran noticia en este Mes Nacional de la Prevención de la Osteoporosis, ya que entre 30 y 40 millones de estadounidenses corren el riesgo de padecer esta enfermedad. Se calcula que alrededor de la mitad de las mujeres -y una cuarta parte de los hombres- mayores de 50 años se romperán un hueso debido a la osteoporosis. El riesgo es mayor entre las mujeres posmenopáusicas, ya que la disminución de los niveles de estrógeno es señal de grandes pérdidas de densidad mineral ósea.
Por suerte, un nuevo estudio muestra cómo el ajo -ese bulbo fragante y picante- podría beneficiar a los huesos. Cuarenta y cuatro mujeres posmenopáusicas (de 45 a 65 años) tomaron diariamente el equivalente a dos dientes de ajo o placebos durante un mes. El grupo del ajo registró un descenso del 38% en ciertos marcadores sanguíneos relacionados con la pérdida ósea. Los marcadores están relacionados con la lixiviación del calcio de los huesos a la sangre, por lo que los científicos especulan que un descenso podría ayudar a ofrecer protección contra este proceso. Estos resultados pueden ayudar a explicar por qué un estudio de gemelos descubrió que el gemelo que comía más vegetales allium (ajo, puerros, cebollas, chalotas, etc.), disfrutó de un 11% menos de riesgo de osteoporosis en comparación con su hermano gemelo.
Si el sabor del ajo no es suficiente incentivo para disfrutar de sus innumerables usos, ¿qué pasa con los beneficios potenciales para el corazón? En un estudio con animales se descubrió que el aceite de ajo reduce el daño inducido por la diabetes en las células del corazón. También se está estudiando la posible protección del ajo y sus primos contra ciertos tipos de cáncer, como el de próstata. Nos encanta el ajo en el Rapini picante con ajo y orégano. Mientras tanto, he aquí otros consejos dietéticos y de estilo de vida para fortalecer la columna vertebral (y el resto del esqueleto):
- Reduzca el consumo de sal para frenar la pérdida de calcio.
- No olvide la vitamina D: hágase un chequeo de los niveles y fortalézcase con salmón enlatado y una exposición al sol razonable.
- Prefiera la sandía, los tomates y la guayaba, todos ellos cargados de licopeno, asociado a un menor riesgo de osteoporosis.
- Añade más zanahorias y melón a tu cesta de la compra: son los mejores en betacaroteno, asociado a una mayor masa ósea entre las mujeres.
- Todos estos pasos te ayudarán a mantener un peso saludable, algo bueno, ya que una mayor masa grasa está relacionada con una menor densidad mineral ósea.
Publicado el 1 de mayo de 2013