¿Algún familiar ha sufrido un accidente cerebrovascular? Si es así, ya sabe la devastación que puede causar la reducción del flujo sanguíneo al cerebro. El ictus es la tercera causa de muerte entre los estadounidenses, pero incluso los supervivientes pueden sufrir graves daños en las funciones mentales y motoras. Afortunadamente, la ciencia sigue descubriendo formas en que la dieta puede reducir el riesgo de ictus. La última: Unos niveles elevados de licopeno (presente en la sandía, los tomates, el pomelo rojo, la guayaba roja y la papaya roja) podrían ofrecer una protección significativa.
Un estudio publicado en Neurology realizó recientemente un seguimiento de 1.031 hombres finlandeses (con una edad media de 55 años) durante doce años, evaluando los niveles de licopeno frente a la incidencia, y también la gravedad, de los ictus. Los que consumían más licopeno sufrieron un 59% menos de ictus graves que los que consumían menos. En otras palabras, sólo 11 hombres con "alto contenido en licopeno" sufrieron accidentes cerebrovasculares, frente a 25 hombres con niveles más bajos. ¿A qué se debe esto? Una posibilidad: Las propiedades antioxidantes del licopeno podrían inhibir la inflamación y otros factores que afectan al flujo sanguíneo cerebral. En cualquier caso, el licopeno tiene muchos otros beneficios potenciales, como un menor riesgo de osteoporosis, un menor riesgo de cáncer de próstata e incluso protección contra las quemaduras solares. Aumente su contenido de licopeno con nuestra receta destacada Albóndigas de pavo con salsa de espinacas y tomate.
Aunque busques los frutos rojos, no dejes de lado los productos blancos: Aunque se nos dice que "comamos de colores", el consumo elevado de frutas y verduras blancas como plátanos, peras, manzanas, champiñones y coliflor se relacionó con un 52% menos de riesgo. ¿Qué hay que evitar? La comida rápida: cuantos más drive thrus veas en tu entorno, mayor será el riesgo. También el consumo excesivo de alcohol: Los hombres que consumen tres o más bebidas alcohólicas al día tenían un 43% más de probabilidades de sufrir un ictus.
Publicado el 1 de enero de 2013