De niños, muchos de nosotros crecimos con la impresión de que debíamos evitar comer semillas de frutas y verduras (por ejemplo, naranjas, sandías, papayas, pimientos, etc.) con la vaga suposición de que no eran comestibles, incluso tóxicas. Como adultos, seguimos esta convención tirando los corazones de las manzanas o escupiendo las semillas de las uvas. Pues bien, resulta que nos basamos en la adopción de otro mito alimentario: Lejos de ser malas para la salud, las semillas de las frutas y verduras son el componente más nutritivo de toda la planta.
Si bien es cierto que los elementos tóxicos a niveles elevados (por ejemplo, el arsénico) existen de forma natural en los suelos y llegan a las semillas, los niveles de trazas son tan ínfimos que no tienen ningún impacto negativo en la salud. Además, al igual que las cáscaras y las pieles, estas semillas contienen una cantidad concentrada de nutrientes y fitoquímicos presentes en la pulpa de la fruta o verdura. Por ejemplo, en pruebas de laboratorio se descubrió actividad antibacteriana en el aceite derivado de las semillas de manzana. Asimismo, cuando se recogieron semillas de uva de las bodegas y se analizaron en comparación con los hollejos para determinar su actividad anticoagulante, se descubrió que eran de 2 a 3 veces más potentes que los hollejos. Y aunque las semillas de dátil no son precisamente fáciles de comer, tienen un mayor contenido en proteínas, grasas buenas, fibra y fitoquímicos, lo que sugiere que estos huesos podrían ser un aditivo nutracéutico saludable.
¿Por qué son tan saludables las semillas? Deben contener toda la información nutricional que las plantas que albergan necesitan para desarrollarse. Además, se protegen del estrés ambiental y de los depredadores con fitoquímicos naturales, que también defienden eficazmente el brote de la planta emergente.
Además, una onza de semillas de sésamo proporciona el 30% de las necesidades diarias de calcio, mientras que las semillas de girasol aportan la mitad de las necesidades diarias de vitamina E, ¡lo que las convierte en una fuente incluso mejor que las almendras! En cuanto a las almendras y otros frutos secos saludables como las nueces, son simplemente semillas.Por supuesto, comer, por ejemplo, semillas de pera o pomelo puede parecer menos apetecible que reventar un puñado de pistachos, así que innova. Las semillas de sandía cortadas o molidas pueden tomarse en infusión. Añada semillas de papaya al aliño de la ensalada (luego hágalas puré). Haz zumo o licua la manzana entera, incluidas las semillas.