¿Alguna vez ha tenido esa sensación de hundimiento? Bueno, con los meses más oscuros del invierno acercándose rápidamente todos podemos sentirnos un poco deprimidos por esta época del año. Qué tal si arreglamos eso arreglando nuestra dieta? Un nuevo estudio se ha preguntado qué alimentos nos deprimen más y por qué y ha llegado a unos resultados fascinantes.
El estudio de Harvard de 2013 publicado en la revista Brain, Behavior, and Immunity comparó los hábitos alimentarios a partir de cuestionarios de frecuencia de alimentos (FFQ) de 43.685 participantes sin depresión (de entre 50 y 77 años) como parte del Estudio de Salud de la Enfermera. Estos participantes fueron objeto de seguimiento durante 12 años, entre 1996 y 2008, durante los cuales se identificaron 2.594 casos documentados de depresión. Además, los investigadores también establecieron una puntuación del patrón dietético inflamatorio (IDP) basada en los efectos de diversos alimentos sobre los niveles plasmáticos de los tres biomarcadores clásicos de inflamación siguientes Proteína C reactiva (PCR), interleucina 6 (IL-6) y receptor 2 del factor de necrosis tumoral a (TNF-a).
Una vez establecida, esta puntuación se calculó para los participantes en el estudio. El análisis de los datos reveló que los que se encontraban en el 20% superior de las puntuaciones IDP (es decir, los que presentaban un mayor estado de inflamación) mostraban un riesgo de depresión un 41% mayor en comparación con los que se encontraban en el 20% inferior de las puntuaciones IDP. Como sabían qué alimentos causaban estos cambios en las puntuaciones de IDP, los autores pudieron asignar tipos de alimentos a puntuaciones de IDP más altas o más bajas. Al parecer, las verduras de hoja verde (espinacas, lechugas, etc.), las verduras amarillas/naranjas (zanahorias, calabaza amarilla, boniatos), el vino, el café y el aceite de oliva se asociaron a puntuaciones bajas de IDP. Los refrescos azucarados, los refrescos light, los cereales refinados (por ejemplo, pan blanco, bagels o magdalenas, arroz blanco, pasta y tortitas o gofres), la carne roja y la margarina se asociaron a puntuaciones altas de IDP. Por lo tanto, una dieta pobre da una puntuación IDP más alta, lo que a su vez se asocia con un mayor riesgo de depresión. Además, los investigadores encontraron una relación dosis-respuesta entre las puntuaciones IDP y el riesgo de depresión, lo que significa que si su dieta empeora, es aún más probable que se deprima.
Así que este invierno sonría comiendo deliciosas frutas y verduras y deje de lado la carne roja, las bebidas azucaradas y los cereales refinados si quiere evitar la inflamación crónica inducida por la dieta. Otras buenas maneras de evitar la depresión son practicar yoga, comer alimentos que contengan zinc y, esto puede ser un reto, tratar de evitar los alimentos reconfortantes, ya que la investigación sugiere que realmente no son reconfortantes en el largo plazo!
Publicado el 1 de noviembre de 2013