Mucha gente no conoce todo el potencial científico que bulle en el Campus de Investigación de Carolina del Norte, donde ocho universidades han unido sus fuerzas para estudiar frutas y verduras junto con los investigadores de Dole. De hecho, el Laboratorio de Nutrición de Dole, dirigido por el Dr. Nick Gillitt, se ha convertido en una fuente de conocimientos sobre nutrición que proporciona pistas para futuros medios que ayuden a los seres humanos a aprovechar al máximo y de forma saludable la generosidad de la Madre Naturaleza.
Más recientemente, los investigadores de Dole decidieron examinar más de cerca esa parte del plátano que normalmente se desecha como abono: La cáscara. El Dr. Gillitt, autor de un estudio reciente sobre el plátano como fuente de energía, dijo: "Una observación secundaria del estudio fue que los niveles de antioxidantes en la sangre mejoraron en los grupos de plátano frente a los de control. Esto nos hizo reflexionar sobre el perfil antioxidante de los plátanos y exactamente qué moléculas podrían ser responsables de este efecto en los seres humanos".
Los datos del laboratorio Dole han demostrado que las cáscaras de plátano contienen cantidades muy elevadas de algunas de las moléculas antioxidantes polifenólicas que se encuentran en la pulpa. ¿Cuánto se preguntarán? Pues resulta que el valor fenólico total medido en la cáscara de un plátano de tamaño normal es superior al de una taza de arándanos. "Aunque esta medida global es impresionante, aún necesitamos saber exactamente qué compuestos les confieren todo este poder antioxidante", observa el Dr. Gillitt.
Los científicos de Dole utilizaron cromatografía líquida con espectrometría de masas en tándem para demostrar que aproximadamente la mitad de este valor antioxidante procede de una molécula llamada dopamina, que funciona como neurotransmisor en el cerebro y como hormona en la sangre. Los científicos de Dole también han descubierto que las cáscaras son muy densas en nutrientes, ya que contienen 2,3 veces más fibra, 2,4 veces más betacaroteno y 8,4 veces más calcio que la pulpa del plátano normal.
Aunque está bien añadir un poco de cáscara de plátano a los batidos y zumos, no son precisamente sabrosas, y además el contenido de látex plantea problemas. Para nosotros, la implicación más interesante es que el potencial oculto en las cáscaras podría algún día añadir valor a otros alimentos, en lugar de simplemente desperdiciarse. Mientras tanto, el poder proyectado de las cáscaras no debe eclipsar los beneficios reales que se pueden cosechar comiendo plátanos reales todos los días. Estos beneficios pueden incluir:
- Salud del colon: Los compuestos de los plátanos podrían ayudar a minimizar la inflamación colorrectal, que se cree que precede al propio cáncer.
- Equilibrar los efectos secundarios de los anticonceptivos orales: los plátanos son una fuente excelente de vitamina B6, cuyos bajos niveles afectan a 3/4 partes de las personas que toman la píldora (la vitamina B6 se utiliza para metabolizar el estrógeno).
- Niveles de hierro: La fibra prebiótica, la inulina, aumenta la absorción de hierro en un 28% en un estudio con animales.
- Inhibidor de virus: BanLec, una superproteína llamada lectina aislada del plátano, está en desarrollo como posible inhibidor del virus VIH.
- Salud pulmonar. Los niños que comían plátanos a diario tenían un 34% menos de probabilidades de desarrollar síntomas de asma, según un estudio.
Publicado el 1 de febrero de 2013