Deliciosamente dulce y masticable, concentrada en energía y nutrientes, la fruta deshidratada no parece a todo el mundo un "alimento dietético". Sin embargo, una nueva y sorprendente investigación desmiente la idea de que los frutos secos engordan.
Investigadores de Louisiana State University decidieron que el tema de los frutos secos y el aumento de peso había recibido relativamente poco escrutinio científico, sobre todo teniendo en cuenta la preocupación generalizada por la obesidad. Basándose en datos de encuestas nutricionales a gran escala, analizaron la ingesta alimentaria de 13.292 adultos y la compararon con las medidas corporales. El resultado: Los que comían frutos secos a diario (tan sólo un octavo de taza) tenían índices de masa corporal (IMC) más bajos, cinturas más pequeñas y menos grasa corporal (hasta un 5% en una prueba de pliegues cutáneos).
¿A qué se debe esto? En primer lugar, los consumidores de frutos secos consumían un 43% más de fibra. En investigaciones anteriores, el aumento de la ingesta de fibra ayudó a triplicar los resultados de pérdida de peso. Además, este grupo disfrutó de una ingesta total un 20% superior de casi todos los nutrientes esenciales, evitando así las deficiencias de nutrientes que envían a nuestro cuerpo el mensaje de seguir comiendo. Además, un estudio anterior centrado específicamente en las pasas descubrió que su consumo regular aumentaba los niveles de leptina, una hormona que ayuda a controlar el apetito.
Bonus: Las pasas contienen compuestos que podrían ayudar a reducir las caries al combatir las bacterias orales relacionadas con las caries y las enfermedades de las encías.
Publicado el 1 de octubre de 2011