Noviembre es el mes estadounidense y nacional de la diabetes, una enfermedad que afecta a casi 26 millones de personas en EE.UU. y cuyo coste se estima en 245.000 millones de dólares. Ahora, recién salido de la imprenta, un estudio de noviembre de 2013 realizado por investigadores italianos, estadounidenses y griegos demuestra que el riesgo de desarrollar esta enfermedad debilitante se reduce casi un 20% si tu dieta se asemeja a la de una versión con bajo IG de la dieta mediterránea.
El estudio de 2013 apareció en la revista Diabetologia y analizó los datos obtenidos de una población griega como parte del estudio European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition (EPIC). Un total de 22.295 participantes se inscribieron entre 1994 y 1999 y fueron controlados durante una media de 11,3 años. Todos los participantes completaron un cuestionario validado de frecuencia de alimentos (FFQ) para evaluar la dieta. La conformidad con la dieta mediterránea tradicional, definida como aquella que contiene verduras, legumbres, fruta y frutos secos, cereales, pescado y marisco, así como una elevada proporción de grasas monoinsaturadas frente a las saturadas y un consumo moderado de alcohol, se evaluó mediante el cálculo de una Puntuación de la Dieta Mediterránea (MDS) que oscilaba entre 0 (adherencia mínima) y 9 (adherencia máxima). Se acumulaban puntos por un consumo superior a la media de estos alimentos. También se acumulaban puntos por un consumo inferior a la media de lácteos, carne y productos cárnicos. La incidencia de diabetes tipo 2 de los participantes se identificó a partir de los historiales médicos. Durante el estudio se registraron 2.330 incidencias de diabetes de tipo 2. Un análisis estadístico demostró que las personas que se encontraban en el 25% superior (MDS = 6 o superior) de conformidad tenían un riesgo un 18% menor de desarrollar diabetes de tipo 2 que las que se encontraban en el 25% inferior (MDS = 3 o inferior) de conformidad.
El mensaje para llevar a casa es que hay que "volverse mediterráneo" aumentando el consumo de fruta y verdura, obteniendo la mayor parte de las proteínas del pescado y las legumbres y asegurándose de que las grasas sean del tipo saludable, mientras se disfruta de una o dos copas de vino tinto si se quiere. No es un consejo sorprendente, ya que las verduras, el pescado, las grasas saludables y los frutos secos son muy buenos para la salud. Además, consulte nuestro artículo del DNN del mes pasado para conocer otras armas potenciales para combatir la diabetes que puede incluir en su arsenal de salud.
Publicado el 1 de noviembre de 2013
