A medida que el aumento de la obesidad sigue adquiriendo proporciones mundiales, también lo hace la diabetes tipo 2 y las dolencias relacionadas con ella. Se prevé que quinientos millones de personas en todo el mundo desarrollarán diabetes de aquí a 2050, una población que será cada vez más vulnerable a tasas más elevadas de enfermedades cardiovasculares, derrames cerebrales, demencia, ceguera, lesiones nerviosas e incluso cáncer. El esfuerzo por limitar el exceso de azúcar, que induce a la obesidad y agrava la diabetes, lleva a algunos a incluir la fruta y los tubérculos más ricos en almidón en la lista de alimentos "prohibidos", pero esto podría ser contraproducente, ya que cada vez hay más pruebas que demuestran los beneficios protectores de la ingesta de productos.
Un estudio publicado recientemente en la revista European Journal of Clinical Nutritionrefuerza la necesidad de comer más, y no menos, alimentos de origen vegetal. Los investigadores analizaron los patrones dietéticos y la incidencia de la obesidad entre 9.298 mujeres y 5.502 hombres (con una edad media de 51 años) a lo largo de 11 años. En general, los que consumían más fruta y verdura reducían en un 7% el riesgo de diabetes. La protección casi se duplicó -hasta el 13%- en el caso concreto de las hortalizas de raíz (zanahorias, rábanos, remolachas, nabos, etc.). Las verduras de hoja verde (espinacas, col rizada, acelgas, lechugas, berros, etc.) ofrecieron la mayor ventaja de todas: Un 16% menos de riesgo de diabetes.
Publicado el 1 de diciembre de 2012