El Año Nuevo lunar chino cae el 3 de febrero. Celébralo comiendo kumquats, y el oro y la buena fortuna serán tuyos, o eso creían los antiguos chinos, para quienes el kumquat era un símbolo sagrado de su Año Nuevo. Pero la ciencia sugiere muchas otras razones para llevarse a la boca estos dulces frutos del tamaño de un bocado. Diez pequeños kumquats (unos 2/3 de taza) están repletos de vitamina C (140%), al igual que otros cítricos. Pero donde realmente destacan los kumquats es en su 48% de fibra diaria, mucho más que otras variedades de cítricos. Además, sus 4 gramos de proteínas equivalen a lo que se obtiene con un puñado de frutos secos. Lo que explica estos puntos fuertes puede ser el hecho único de que los kumquats se comen con piel, semillas y todo.
Las cáscaras de los cítricos están siendo estudiadas por su gran variedad de beneficios, desde su capacidad para combatir patógenos transmitidos por los alimentos hasta su potencial para ayudar a controlar los niveles de colesterol. El problema es que pocos comen las cáscaras de naranja y limón. Los kumquats, en cambio, rara vez se comen sin la cáscara, lo que los convierte en el proveedor perfecto de estos potentes compuestos. ¿Podrían los kumquats proteger contra el cáncer de piel? Investigadores de la Universidad de Arizona descubrieron que entre 242 voluntarios del estudio (de edades comprendidas entre los 30 y los 80 años) a los que se controló el consumo de cítricos y la incidencia de cáncer de piel, los que consumían la mayor cantidad de cáscara de cítricos tenían un riesgo un 30% menor de desarrollar cáncer de piel durante un periodo de 2,8 años.
Investigadores de la Universidad de Arizona.