Foco de temporada

Desde las naranjas navel hasta las clementinas y las naranjas sanguinas, los cítricos saben mejor en invierno, son más dulces, están más jugosos y, además, ¡son muy nutritivos! Estas frutas pulposas aportan una alta dosis de vitamina C; de hecho, una sola ración contiene 91 mg, lo que satisface entre el 101 y el 121% de tus necesidades diarias. Las investigaciones también sugieren que la vitamina C puede ayudar a evitar los resfriados, a fortalecer los huesos y a mejorar la salud ocular.

La vitamina C es una de las vitaminas más beneficiosas para la salud.

Un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, descubrió que una sola ración diaria de naranjas puede ayudar a mantener los ojos sanos en lo que se refiere a la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), pero no se fijaron en las vitaminas tradicionales que favorecen la salud ocular, como las vitaminas A, C o E, sino en los flavonoides, que son potentes antioxidantes que tienen beneficios antiinflamatorios. Los investigadores revisaron las dietas de más de 2.000 adultos de 49 años o más mediante cuestionarios de frecuencia de alimentos. Tras un seguimiento de 15 años, descubrieron que las personas que incluían una ración diaria de naranjas o zumo de naranja tenían un 60% menos de riesgo de desarrollar DMAE. El investigador principal, Bamini Gopinath, explicó que analizaron otras fuentes de flavonoides, como el té y el vino tinto, pero que estos alimentos no ofrecían la misma protección ocular que las naranjas.

Con la DMAE, la capacidad de ver detalles finos disminuye como consecuencia de los daños sufridos por la retina del ojo. Es muy común y es la principal causa de pérdida de visión en personas mayores de 50 años. La Academia Americana de Oftalmología describe la DMAE como ser capaz de ver un reloj y sus números, pero eres incapaz de ver sus manecillas.

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Bonus: Un estudio de seguimiento realizado por los mismos investigadores descubrió que el consumo diario de 100 g de nitratos vegetales, presentes de forma natural en las verduras de hoja verde y la remolacha (no confundir con los nitratos que se añaden a los alimentos procesados como conservantes) reducía en un 35% el riesgo de desarrollar DMAE. Por ejemplo, 100 g o ½ taza de espinacas cocidas contienen unos 20 mg de nitratos.

Publicado el 20 de diciembre de 2018