
Verduras Blancanieves
Por qué y cómo comer verduras blancas
Es esa época del año otra vez, cuando el invierno se ha instalado y también la nieve. Aunque puede que no te guste palear, abraza la temporada de nieve añadiendo verduras blancas a tu dieta. Lo que a estas verduras les falta de color vibrante, lo compensan con nutrientes, y no deben ser olvidadas cuando te propongas "Comer el arco iris". Aquí te explicamos cómo puedes preparar y disfrutar de algunas de nuestras verduras blancas favoritas, y por qué pueden ser buenas para tu salud.
Coliflor: Una taza de coliflor contiene casi toda su vitamina C diaria, un nutriente antioxidante que apoya el sistema inmunológico. Incluso se ha informado de que una ración semanal de coliflor puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer de próstata. Asa la coliflor con especias como curry, canela, pimentón o comino para personalizar esta verdura a tu gusto. Coliflor asada con curry y pasas es una guarnición sabrosa y deliciosa.
Coliflor asada con curry y pasas.
Cebollas: Según la Asociación Nacional de la Cebolla, el estadounidense medio come alrededor de 20 libras de cebollas al año. Estos favoritos de los aficionados contienen quercetina, un antioxidante que puede ayudar a proteger contra las enfermedades del corazón y el cáncer. Las cebollas son versátiles y añaden un sabor agradable a ensaladas, sándwiches, guisos y sopa.
Patatas: La pobre patata nunca recibe el crédito nutricional que merece. Una patata es una excelente fuente de vitaminas C y B6, potasio y fibra. Las patatas blancas deben comerse cocidas: hervidas o asadas (¡sólo manténgalas alejadas de la freidora!). ¡Están deliciosas en puré con hierbas frescas como el romero o el perejil.
Patatas blancas
Patatas blancas!
Cerezas: Primo de la cebolla, un puerro aporta la mitad de la cantidad diaria de vitamina K, un nutriente necesario en el sistema de coagulación de la sangre. También son una buena fuente de vitamina C y folato. Añade puerros a tus salteados de verduras o sopas.
Setas: Los champiñones son una buena fuente de riboflavina, niacina y cobre, un mineral que interviene en la producción de energía. Un reciente estudio relaciona el consumo de setas con una mejora de la inmunidad. Las setas son un excelente complemento para salteados, guisos o pasta. Pruebe nuestra receta de Risotto de cebada con setas y espinacas para una cremosa y nutritiva cena de invierno.
Rábanos Daikon: Una taza de rábanos Daikon aporta más del 40% de la vitamina C diaria y unos 2 gramos de fibra. Los rábanos se han asociado con la protección de la función reproductora masculina, gracias a compuestos que pueden activar las enzimas de desintoxicación del propio organismo. Incorpora los rábanos Daikon en recetas de inspiración asiática o cómelos crudos en ensalada.
Chirivías: Las chirivías, una hortaliza de raíz y prima de la zanahoria, están repletas de vitaminas y minerales esenciales. Son una excelente fuente de vitaminas C y K, fibra, folato y manganeso, un mineral que ayuda a activar potentes enzimas de protección antioxidante. Asar u hornear esta verdura realza su dulzor natural. Utilízalas en ensaladas o disfrútalas como guarnición en la cena.
Publicado el 1 de febrero de 2016