¡Alto a las patatas fritas! Ya conocemos los peligros de las grasas trans artificiales, grasas nocivas que se encuentran en productos procesados de panadería, frituras, pizzas congeladas, cremas de café y otros alimentos procesados para prolongar su vida útil. Se fabrican mediante hidrogenación, un proceso que convierte los aceites vegetales líquidos en sólidos. Se ha demostrado que las grasas trans tienen efectos perjudiciales para la salud del corazón y también están relacionadas con un mayor peso corporal. El año pasado, la FDA empezó a tomar medidas para retirar las grasas trans de la lista de alimentos "generalmente reconocidos como seguros" (o GRAS). Ahora, un nuevo estudio también ha relacionado el consumo de grasas trans con la disminución de la memoria en adultos.
Presentado en las Sesiones Científicas 2014 de la Asociación Americana del Corazón, el estudio incluyó a unos 1.000 hombres adultos sanos. Los participantes completaron un cuestionario dietético a partir del cual se estimó la ingesta de grasas trans, y se administró una prueba de memoria, compuesta por una serie de 104 tarjetas de palabras. Se pidió a los hombres que indicaran si cada palabra era nueva o si ya la habían visto en una tarjeta anterior. Los investigadores descubrieron que, entre los hombres menores de 45 años, un mayor consumo de grasas trans se correlacionaba con un peor rendimiento en la prueba de memoria. Por cada gramo adicional de grasas trans, los hombres recordaban correctamente 0,76 palabras menos. Los hombres que consumían más grasas trans mostraron una disminución del 10% en la memoria en comparación con los que consumían menos.
Los investigadores postulan que la disminución de la memoria con la ingesta de grasas trans está relacionada con el estrés oxidativo y la energía celular. Las grasas trans favorecen la oxidación celular, lo que puede acabar con importantes células cerebrales relacionadas con la memoria. El deterioro de la memoria también podría deberse a los efectos energéticos de las grasas trans, que pueden hacer que las células cerebrales sean menos receptivas.
En pocas palabras, no hay lugar para las grasas trans en la dieta. Hasta que la FDA consiga eliminar por completo las grasas trans artificiales del suministro de alimentos, seguir una dieta rica en verduras y frutas es una buena forma de evitar este ingrediente nocivo. Elija grasas mono y poliinsaturadas saludables de alimentos como aguacates, frutos secos y aceites de oliva, y opte por proteínas magras como el pescado y las legumbres, ya que las grasas trans naturales pueden encontrarse en los productos de carne roja. Cuando compre productos envasados, compruebe las etiquetas para asegurarse de que el alimento no contiene grasas trans y evite los alimentos que incluyan aceites parcialmente hidrogenados o hidrogenados como ingrediente. Nos estamos acercando, pero aún no ha desaparecido del todo.
BONUS: Para darle un impulso adicional a su memoria, aumente el magnesio en su dieta. En un estudio, un aporte extra de magnesio en ratas aumentó el recuerdo en un 56%, gracias en parte a un crecimiento del 142% en las terminaciones sinápticas, aumentando la velocidad de transmisión de las células cerebrales en un 160%. Pruebe nuestra Tarta de verduras mediterráneas elaborada con espinacas y alcachofas, ambas excelentes fuentes de magnesio, para disfrutar de un sabroso chute de memoria.
Publicado el 1 de enero de 2015