¡Corre, corre, Rudolph! Entre fiestas, compras, decoración y viajes, la temporada navideña está repleta de actividad y emoción. Puede que haya ajetreo y bullicio hasta Año Nuevo (o quizá durante todo el año), pero hay un lugar en el que deberías bajar el ritmo: la mesa de la cocina. De hecho, comer deprisa puede estar relacionado con el síndrome metabólico, un conjunto de factores de riesgo asociados a las enfermedades cardiacas y a varios tipos de cáncer.
Hay una razón por la que la comida lenta está ganando popularidad. Una revisión de este año analizó 22 estudios diferentes sobre el ritmo de alimentación, descubriendo que los que comían despacio ingerían menos calorías que los que comían rápido. La ingesta excesiva de calorías conduce al aumento de peso, que en última instancia puede conducir a enfermedades crónicas y un montón de problemas de salud.
Pisa el freno y deja el tenedor. Si tiendes a convertir las comidas en una competición de velocidad, aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a bajar el ritmo:
- Toma bocados más pequeños o intenta comer con la mano no dominante.
- Suelta el tenedor entre bocado y bocado. Saborea realmente la comida antes de coger más.
- Come con un amigo. Mantener una conversación puede ayudarle a reducir la velocidad.
- Tome un sorbo de agua entre cada bocado. Esto también le ayudará a saciarse más rápido.
- Siéntese para comer. Comer sobre la marcha o de pie puede hacer que te sientas apresurado.
Publicado el 1 de diciembre de 2014