La dulce y agradable fragancia de la piña es evocadora y deliciosa. Perder la capacidad de detectarla no sólo socavaría una de las mayores experiencias gustativas de la vida, sino que podría presagiar una de las mayores tragedias de la vida, la pérdida gradual y debilitante de la memoria que hemos llegado a conocer como enfermedad de Alzheimer, según sugiere una investigación.
El estudio, financiado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, se basó en una prueba de identificación olfativa que los investigadores han utilizado para identificar olores que ayuden a distinguir los grupos de diagnóstico -por ejemplo, Parkinson, Alzheimer- de los sujetos de control. Se incluye una amplia gama de olores, que van desde los agradables a los no tan agradables, como cereza, regaliz, cedro, pizza, trementina, aceite de motor, etc. En esta investigación, 147 pacientes con deterioro cognitivo leve, junto con 63 voluntarios sanos de edad avanzada, realizaron la breve prueba olfativa, con un seguimiento medio de cinco años. Los resultados relacionaron una mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad de Alzheimer con una menor capacidad para identificar diez olores específicos: mentol, clavo, cuero, fresa, lila, piña, humo, jabón, gas natural y limón. Clínicamente, los resultados de la prueba olfativa se correlacionaron con reducciones de los volúmenes cerebrales medidas en resonancias magnéticas. Investigaciones anteriores han demostrado que las células nerviosas de las zonas del cerebro relacionadas con el olfato se manifiestan en una fase temprana de la enfermedad de Alzheimer.
Cada 67 segundos alguien desarrolla Alzheimer en Estados Unidos, una enfermedad cerebral irreversible que destruye progresivamente la memoria y el pensamiento y, con el tiempo, incluso la capacidad de realizar las tareas más sencillas. La enfermedad de Alzheimer es la sexta causa de muerte en Estados Unidos, y mata a más personas que el cáncer de mama y el de próstata juntos. Una nueva teoría entre los neurocientíficos sugiere que los mismos factores que alimentan la crisis de obesidad del país podrían provocar muchos más casos de Alzheimer en los próximos años. Por el contrario, las cosas que puede hacer para ayudar a mantener un peso saludable también pueden reducir el riesgo de Alzheimer, incluyendo:
- Beber zumo de frutas y verduras.
- Caminar una hora, tres veces a la semana.
- Comer más de dos tazas de verduras al día.
- Empezar a cocinar con curry.
Publicado el 1 de mayo de 2014