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POM PARA EL PARKINSON

Un compuesto de la granada reduce la inflamación

Comer una granada puede resultar frustrante. Hay que esforzarse mucho para atravesar la dura piel rojiza y llegar hasta la pulpa y los arilos rojos gelatinosos comestibles. Pero merece la pena, tanto por su sabor dulce como por sus posibles beneficios para la salud. Conocidas por su alto contenido en fibra y antioxidantes, las granadas vuelven a ser el centro de atención, esta vez por sus propiedades antiinflamatorias.

Investigadores de la Universidad de Huddersfield (Reino Unido), utilizando células cerebrales aisladas de ratas, descubrieron que la punicalagina, un polifenol presente en las granadas, inhibía la neuroinflamación en unas células cerebrales especiales denominadas micrologia. Estos hallazgos, publicados en el último número de Molecular Nutrition & Food Research, suponen un rayo de esperanza para quienes padecen Parkinson, Alzheimer y otras formas de demencia.

Aunque aún está por ver la cantidad exacta de derivados de la granada para el tratamiento, una cosa está clara: este estudio sugiere que las granadas pueden ser útiles para cualquier enfermedad en la que la inflamación sea un factor, incluyendo la artritis reumatoide y el cáncer.

Investigaciones anteriores han descubierto que el extracto de granada ingerido puede servir para aumentar la protección solar. Además, la aplicación tópica de extracto de granada inhibió el desarrollo de cáncer de piel en ratones.

¿Interesado en añadir algo de granada a su dieta y aprovechar sus beneficios? Pruebe la ensalada de Dole inspirada en la granada Mezcla de primavera con granada y tostadas de queso de cabra.

Publicado el 1 de noviembre de 2014