Descubriendo cómo pide energía tu cuerpo

Lo que comes es importante a la hora de gastar energía muscular. Investigadores de Texas A&M están aprendiendo cómo piden los músculos la energía que necesitas a lo largo del día. Resulta fascinante que la comparación de los cuerpos humanos con las moscas de la fruta haya permitido descubrir cómo utilizan los músculos los tejidos de almacenamiento de grasa, lo que tiene implicaciones para la obesidad en humanos.

El metabolismo humano tiene muchas variedades. Para mantener la vida, a lo largo del día se gasta un equilibrio en el uso de los almacenes de energía. Aunque algunos metabolismos suelen parecer mejores que otros, todos trabajamos para quemar grasa a diario. Existen diferentes reservas de energía en el cuerpo que se utilizan en función del nivel de actividad. Un velocista, por ejemplo, utiliza vías anaeróbicas en ese sprint explosivo de segundos de duración que requiere una gran capacidad y la necesidad de liberar energía rápidamente. Un maratonista, por otro lado, está constantemente reponiendo reservas y creando nueva energía a través del metabolismo aeróbico, comprando energía del sistema a largo plazo del Ciclo de Krebs.

Pero, ¿cómo llegamos a ese punto de utilizar la energía? La respuesta es lo que introducimos en nuestro cuerpo. Si lo descomponemos, las grasas aportan 9 calorías por gramo, las proteínas y los hidratos de carbono 4 calorías por gramo. Por ejemplo, si lees la etiqueta de un alimento y éste tiene 5 gramos de grasa, entonces 45 calorías de ese alimento están compuestas de grasa en ese producto. Lo mismo ocurre con las proteínas y los hidratos de carbono, ya que 10 gramos de proteínas o hidratos de carbono aportarán 40 calorías, y así sucesivamente. Por lo tanto, no todas las calorías se crean por igual.

Durante el día, a menudo recurrimos a las grasas o lípidos para una mayor demanda de energía, ya que hay más de sobra, produciendo energía a más largo plazo. Sin embargo, cuando estamos sedentarios o durmiendo, este recurso al almacenamiento de lípidos se interrumpe, dando lugar a un aumento de peso. Los resultados de la investigación indican que la homeostasis metabólica puede manipularse mediante la genética para alterar la cantidad de lípidos que almacenamos. Nuestros genes y músculos se comunican. Tomamos grasa, la almacenamos y luego la liberamos para obtener energía, pero ¿y si hubiera una forma de regular ese mecanismo de almacenamiento y liberación? Ahora que se ha identificado la funcionalidad de la vía de señalización, la investigación futura implicará qué ocurre cuando cambiamos nuestros comportamientos de sueño o alimentación.

Con nuestro ritmo circadiano afectando a nuestras necesidades musculares, es interesante ver a dónde nos llevará esto. Mientras tanto, encontrar formas de quemar grasa de forma saludable y mantener altos los niveles de energía es un reto para muchos. Practique ejercicio regular para prevenir las enfermedades crónicas. Asegúrate de que tu plato es equilibrado, incluyendo grasa saludable, ya que ayuda a reducir el colesterol. Porque, cuando evitas la grasa y no comes lo suficiente, tu cuerpo está contrarrestando su capacidad natural de quemar el almacenamiento para obtener energía. Así que, ¡levántate y muévete!

Publicado el 1 de agosto de 2017